¿De qué hablamos, cuando hablamos de resiliencia?

Por: Noé Ortiz.

@ortiz_noe65

Cada día es más común encontrarse con palabras como sostenibilidad o resiliencia en la academia, en la sociedad, en charlas de café y hasta en el discurso político y debido a la metamorfosis que han sufrido esos términos en años recientes, es probable que quien los utiliza lo haga sin un conocimiento específico o bien como parte de un nuevo vocabulario que se está construyendo en todo el mundo, al mismo tiempo que reconstruyendo un nuevo ideario sobre la relación que debe tener el ser humano con su entorno, en otras palabras, la resiliencia está de moda.

Para efectos de esta columna, precisamos que la palabra resiliencia tiene un origen marcado en la biología donde la diversidad en la población de cualquier especie fortalece la resiliencia y la resistencia de esa población ante cambios abruptos, así como también su capacidad de adaptación a nuevas y distintas condiciones de vida, por lo que la resiliencia es la capacidad de regresar al estado original y la resistencia es la capacidad de confrontar al cambio, claramente contrario de fragilidad por lo que en este campo de estudio se entiende que a mayor diversidad, mayor resistencia y resiliencia.

Conforme lo anterior, el término resiliencia ha sido adoptado y adaptado por otras disciplinas al punto de discutirse si existe o no la resiliencia humana, psicológica, urbana, política, entre otras, demostrando que salvo la resiliencia en su percepción biológica centra sus esfuerzos en la perspectiva ecológica que incluye todos los seres vivos y su entorno para mantener un estado de "equilibrio", el resto de las aproximaciones de resiliencia, centran sus estudios en el ser humano y en el caso particular de la resiliencia urbana se centra en su entorno más antinatural, "las ciudades", siendo estás donde la mayoría de la población reside y donde cada día se concentran más seres humanos.

La resiliencia urbana y al igual que la resiliencia, también cuenta con distintas definiciones donde la academia y las Orgaizaciones No Gubernamentales (ONG) han tomado la iniciativa en cuanto a su definicion, por un lado la organización 100 Ciudades Resilientes financiada por la Fundación Rockefeller dice que la resiliencia urbana "Se trata de sobrevivir y prosperar , independientemente del desafío" (1); por otro lado la Real Academia de la Lengua Española la define como "la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas"; el programa de ciudades resilientes de UN-Habitat (CRPP por sus siglas en inglés) la define como la "capacidad de recuperarse rápido de los impactos que sufre el sistema", por otro lado, el Banco Mundial, en su reporte "Invirtiendo en la Resiliendia urbana" la define como "la habilidad de un sistema, entidad, comunidad o persona para adaptarse a un variedad de condiciones cambiantes y para soportar choques sin dejar de mantener sus funciones esenciales" (Banco Mundial, 2016).

Es claro que el término de resiliencia urbana está en construcción y en constante evolución, sin embargo, un elemento a destacar es que la resiliencia urbana reconoce a las ciudades como un sistema de sistemas y que si bien centra su atención en el ser humano, no descarta los elementos que le rodean a ese sistema urbano, que incluye elementos que penetran al sistema urbano desde lo rural, es así que la resiliencia urbana busca preparar a las ciudades para distintos eventos fortuitos para que logren retomar su estado previo al evento.

Cabe destacar que la resiliencia urbana contempla un conjunto de eventos que pueden interrumpir el flujo natural de las ciudades y considera sus diferentes magnitudes, pero lo que no cuestiona es precisamente esa necesidad de buscar la resiliencia urbana en sí misma; permítame explicarme, desde distintos medios se busca esa resiliencia urbana, es decir, no se busca la manera de evitar necesitar esa resiliencia urbana, por supuesto que en casos como un terremoto se debe estar preparado pero en eventos como contingencias ambientales no se debe buscar una resiliencia para regresar a un estado previo a la contingencia a través de diversos programas, unos más exitosos que otros, sino que se debe evitar a toda costa que se produzca ese tipo de eventos.

La resiliencia urbana da por hecho que se presentaran diversos fenómenos que interrumpirán la normalidad previa al evento pero no siempre contempla acciones preventivas desde el fortalecimiento de la relación del ser humano con su entorno ecológico, por lo que ese "estado natural" previo al evento fortuito puede ser en sí mismo el causante del fenómeno, por lo que deberíamos comenzar a estudiar el pensamiento de resiliencia socio-ecológica, que se considera un mecanismo para comprender y operar dentro de la dinámica de la vida urbana, sistemas para que puedan ser gestionados "hacia un objetivo trayectoria" (Wilkinson, 2011; p. 158).

El pensamiento de resiliencia socio-ecológico crea oportunidades para innovación y desarrollo, yendo más allá de la capacidad de absorber choque y retener las funciones básicas para abrazar un potencial para "renovación, reorganización y desarrollo" (Crowe, 2016)

El entendimiento de Resiliencia Urbana se hace complejo cada vez más pero es responsabilidad de la academia, sector púbico, sociedad civil y en columnas de opinión como esta, aportar a este debate, ya que pasar de la resiliencia a la resiliencia urbana y llegar al pensamiento de resiliencia socio-ecológica en la planeación urbana, puede generar herramientas más completas para las ciudades en este Siglo XXI, por lo que el concepto teórico, nos atrevemos a asegurar, está todavía en construcción.

Referencias

1.- (1) http://www.100resilientcities.org/

2.- Wilkinson, C., 2011. Social-ecological resilience: insights and issues for planning theory. Plan. Theory 11, 148–169.

3.- Crowe, P. R. 2016. Operationalizing urban resilience through a framework for adaptive co-management and design: Five experiments in urban planning practice and policy. Environmental science and policy.